Las pinturas geométricas y las tonalidades vibrantes de la obra de Diango Hernández son características heredadas de la etapa conceptual que vivieron las artes plásticas en Cuba durante la década de 1980.
Una década antes de que Hernández incursionara en el arte, en 1994, como cofundador del Ordo Amoris Cabinet –grupo de artistas y diseñadores enfocados en crear objetos de diseño para el hogar con la intención de compensar la escasez permanente de materiales y bienes–.